Algunos hechos sobre los sellos discográficos
Los sellos discográficos son uno de los aspectos más sobreestimados que se tienen en la industria musical. Muchos de los artistas creen que el simple hecho de pertenecer a una disquera es más que suficiente para lograr el éxito, y tal vez hace 10 ó 15 años eso era cierto; sin embargo, los tiempos han cambiado y necesitamos actualizar nuestra percepción en torno a este tipo de empresas.
Primero que nada, vale la pena mencionar que no todas las bandas están listas para acudir a una disquera, y que en algunas ocasiones esto puede ser perjudicial más que benéfico para la carrera del artista.
1. ¿Qué es un sello discográfico?
Un sello discográfico, o disquera, es una empresa dedicada a la grabación, reproducción, promoción, distribución y venta de música grabada, ya sea en formatos físicos como el CD o los acetatos o a través de medios digitales, como los mp3.
Todavía hasta los años 90, el negocio de tener un sello era muy elitista, pues la cifra requerida para entrar a un estudio era muy elevada, dejando fuera a la mayoría de las personas y obligando a depender de la disquera para poder realizar un material grabado.
Los sellos discográficos representan – hoy en día – una herramienta más para la carrera del músico. El negocio ya no está en los discos, de hecho la tendencia es regalarlos o cobrarlos muy barato, por lo que el músico puede aprovechar para hacer de su álbum una herramienta auxiliar para vender más boletos para conciertos.
Las disqueras son, simplemente, el pasaporte a dicho escalón.
-Antes que nada un sello es un negocio.
-El sello es el jefe.
-Un sello siempre busca talento valioso o potencial.
-Los sellos están cansados de escuchar lo mismo.
-La gente del sello jamás tendrá tiempo para verte.
-Los sellos ya no gobiernan al mundo.
2. Lo que no es un sello.
-Un sello no es un banco.
-Un sello no es una agencia de management.
-Un sello no es un juego.
-Un sello no es el único camino al éxito.
3. Relaciones con una disquera.
Actualmente, hay dos maneras de llegar a una relación de trabajo con una disquera, la primera es contratar sus servicios directamente (una práctica ahora común) o ser llamados por el sello para participar en su rooster ó catálogo de artistas.
Evidentemente, la segunda opción es el sueño de todo artista, pues en el caso de una major se goza de gran promoción y presupuestos casi ilimitados (aparentemente) y los lujos que se asocian a estar en un sello reconocido.
A lo largo de mi carrera he visto, vivido y escuchado infinidad de historias de horror con respecto a las disqueras, y estoy seguro de que yo he provocado una que otra por ahí de manera involuntaria.
4. Tipos de acuerdo.
Además de pagar o negociar existe otra capa en el mundo de los negocios que se debe tomar en cuenta: el tipo de contrato o acuerdo que se negocie con la disquera.
-Acuerdo 360°.
-Grabación.
-Distribución.
-Promoción.
-Contrato de compositor.
-Licencia de sincronización.
5. El momento ideal.
Acercarse a una disquera requiere cierto tacto, pues son tantos los artistas que llegan a ellas pidiendo lo mismo que es todo un arte ser tomado en cuenta de manera seria (pronto escribiré un artículo al respecto); sin embargo, creo que gran parte de lo que ayuda a lograr esta tarea está en el momento que se elija para llegar con un sello.
-Tu audiencia por cada evento está entre los 250 y 500 regulares.
-El costo de la entrada por evento es de por lo menos $40 pesotes.
-Te conocen en por lo menos 12 foros distintos.
-Tienes un par de demos y un EP grabado.
-Tienes más de 25,000 visitas en tu myspace y/o sitio.
-Has aparecido o sido entrevistado en periódico, radio y/o TV.
-La gente ya te exige algo grabado.
-Te piden tu autógrafo.
Si tu banda cumple con estos parámetros... ya te tardaste, de lo contrario, sigue trabajando, menos que esto no le interesará mucho a una disquera seria para un proyecto profesional.
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