🎹 Espectro de la música electrónica en Colombia
Este texto hace parte del trabajo realizado por Microtonal, un colectivo que desarrolla, produce y divulga servicios, productos y contenidos sonoro-visuales. Co-produce el Festival de las Maravillas, plataforma de circulación, visibilización e intercambio entre actores de la música electrónica colombiana.
Puede comunicarse con ellos directamente
microtonalinc@gmail.com
Llevar a cabo un análisis en torno a la actualidad de la escena electrónica colombiana resulta un tanto audaz por el amplio margen de agentes que desde distintos flancos, y desde regiones diversas, vienen contribuyendo a su crecimiento y consolidación.
Sin embargo, hay algunas constantes que nos permiten visualizar su presente y futuro.
Promotores, colectivos, artistas, medios y demás actores convergen en una hoja de ruta similar que nutre y enriquece las dinámicas que le son propias, con campos de acción, metodologías de trabajo, líneas de creación o esquemas de contenido, cada sector propende, a su manera, por robustecer el amplio abanico de posibilidades.
Desde una oferta educativa que se expande a nivel nacional; festivales y circuitos, algunos emergentes y otros afianzados, con un músculo operativo cada vez más maduro y una curaduría, la mayoría de las veces, coherente y bien lograda.
Medios de comunicación, en su minúscula mayoría digitales, que difunden, promueven y divulgan (Salvo, por ejemplo, Revista Metrónomo, ya fuera del aire, pero que dedicó espacios significativos) contenido relacionado.
Hasta creadores y proyectos musicales anónimos y en crecimiento, con pequeños espacios abiertos en parrilla radiofónica nacional y prensa especializada, así como “venues” o promotores que apuestan por lo local sin perder de vista, ese malinchismo sonoro que ha marcado, en el amplio itinerario histórico, nuestra disposición a sobrevalorar lo de afuera en detrimento de lo “made in Colombia”.
Djs y productores que prensan sus trabajos en renombrados sellos internacionales, o que emprenden la aventura de fundar sus propias etiquetas, con irrupciones destacadas en el ámbito local, y esporádicas o continúas giras internacionales.
Así las cosas, asistimos a una escena palpitante y en continua dirección al crecimiento, pero habrá que preguntarse: ¿qué hay con esos actores que trabajan en silencio y bajo el amparo de unos pocos entusiastas, resistiendo a la avanzada del sonido comercial y la masificación del gusto?
No son casos aislados, incluso muchos de quienes logran repercutir en la escena continúan adelantando su trabajo desde estancias periféricas, ya será ese un asunto que pasa más por la manera en que cada agente afronta el tema de la creación como un todo.
Pero, y qué sucede cuando decididamente no se ha optado por ceñirse a esas rutas de acción.
¿Están dispuestos promotores y medios a visibilizar y mediar proyectos ávidos de canales de difusión? Proyectos por lo demás genuinos y auténticos que, no obstante, cargan con el lastre de lo emergente.
O, tal vez, acontece que no están dadas las condiciones ni de recepción ni de comunicación. Sí es así urgen acciones que mitiguen ese fallo en la cadena de valor e intenten potencializar las circunstancias dadas.
Por supuesto no se puede desconocer el esfuerzo adelantado por los múltiples actores, de eso que grosso modo se ha dado en llamar “escena electrónica”, cada vez más expandida y en esa misma proporción, cada vez más fragmentada, pues crecimiento no es sinónimo de unidad.
De modo que todo esfuerzo genuino por contribuir de manera clara y transparente a su desarrollo es una semilla que abona el terreno fértil, pero por momentos agreste, del espectro electrónico nacional.
Enlaces:
Foto Portada
Si quieres conocer más contenidos como: 🎹 Espectro de la música electrónica en Colombia puedes entrar en Escena Colombiana.
Deja una respuesta